Ya ni recuerdo la última vez que fui al cine a ver una película destinada a público mayor de 10 años. Hay temporadas en que los cines proyectan pelis que apetece ver, sin embargo hay épocas del año en que por mucho que mires la cartelera no hay nada que interese lo más mínimo; acción, aventura, efectos especiales, sonido espectacular, terceras dimensiones, guerras, monstruos, robots, etc...
En definitiva siempre lo mismo, no es de extrañar que el talento de los guionistas, actores y directores se haya desplazado hacia la televisión, dónde en los últimos años han proliferado las historias más originales (por no decir surrealistas), entretenidas y repletas de trabajo bien hecho.
Los actores de moda se pasan a la televisión sin ningún complejo, sin que suponga perder la categoría de estrella, es más, a algunos participar en una buena serie les otorga un prestigio del que no han gozado en el cine. Un ejemplo es el de Mathew Mc Conaughey, cuyo paso por el cine se basa en alguna peli de acción y mucha comedia romántica, de repente, gracias a un gran guión se convierte en un detective atormentado y descubrimos una faceta totalmente distinta de éste actor, en True Detective. (HBO).
Otras series optan por rostros desconocidos como es el caso de la inmensa Breaking Bad, la ya consagrada Mad Men, los divertidísimos protagonistas de Big Bang Theory (que recupera a la perdida Mayim Bialik alias Blossom), o los geniales protagonistas de Modern Family.
Tengo que añadir tres series que no parten de una base tan original, pero sin embargo estupendas y muy entretenidas. Mi favorita en el top ten The Good Wife, totalmente adictiva. Downton Abbey es una serie clásica exttraordinaria apta para toda la familia. Y por último la versión televisiva de las aventuras de Ericka Falk, la protagonista de las novelas de Camilla Lackberg, adaptada por la televisión sueca, que está muy bien hecha y es muy entretenida.
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